Cansados de vivir bajo las piedras
arropados con la mortaja del silencio
quisimos caminar, sin depender de los pies,como levitando
Hartos ya, de vestir el ropaje de la noche
lanzamos al mar un beso en las gaviotas.
Los vientos se rompieron en la montaña
y sembraron el miedo hoy floresciente.
Esclavos del tiempo irrumpieron en la historia
para plantar la semilla en la arada tierra.
Manos llagosas hilaron nuestro sueño
para abrigar la esperanza dormida entre los años.
Cantos de sirenas en mares abiertos
tiernas melodías acompañan a los amantes
debatidos en tierra y mar por un beso de libertad.
Hombres tallados en la palabra
despiertos y prestos para el combate
murieron sin dejar señas de los labios
que juegan al volar de las gaviotas
Después de ellos, sólo historias
sólo piedras, frías bajo el manto celeste
Hartos de vivir entre espacios etéreos
palabras deformes, cuerpos inconclusos.
Llenemos el vacío que nos agota
volvamos al mar y miremos otra vez.
Marquemos nuestros labios en la espuma marina
para recibir la esperanza con un beso blanco
pués el futuro viaja siempre en nosotros,
cuando hablamos con los ojos en la distancia
y las manos hilanderas tejiendo el presente
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