No hay más sublime bajo este azulado manto
que el cierzo extraño monte al cristo de los cielos
no hay nada más triste que estar contemplando
junto a la llovizna la miseria del hombre extraño.
Cada instante busco en la pared respuesta
a esta vida mía que tribulación sentencia
y sólo el crucifijo con la mirada apuesta
a mi derrota eterna por carecer sapiencia.
en vilo la vida se mece en la cuerda del tiempo
que me alcanza y turba sin razón ni medida
será la plegaria negada, orada sin sentimiento
que mitigue mi vida y a la madre su herida.
despide a su hijo, su llanto y placer de ayer
entre los escombros de ideas vacías
de oraciones preñadas de melancolía
que rezó de niña y hoy dejó perder.
El hombre ensangrentado del frío madero
no es muy diferente a su hombre primero
que sembró de esperanzas la flor de su vida
y hoy se encuentra triste, preñada y sufrida.
Su vida al vilo se mece en la cuerda del tiempo
la lanza le viste de rojo desde el primer día
y no encuentra respuesta por más que porfía
oraciones al cielo y lágrimas de madre al viento.
Es amor darle a sus hijos dolor?
es tabú quitarle al hombre el pudor?
no entiendo sin fe este ajeno albedrío
de viejas lecciones sólo en tí confío.
No hay comentarios:
Publicar un comentario